Como os anuncié en el post anterior os voy a hablar de cómo aliviar la resaca, os daré algunos remedios, así que, estad muy atentos por si alguna vez los necesitáis. Y es que a veces nos olvidamos de los efectos del alcohol, nos venimos arriba… y claro; una copa, dos copas… y cuando queremos recordar… ¡nos hemos bebido casi la botella! Y es que tratándose de nuestro exquisito AVAVIENTO no es de extrañar. Hay personas, bien porque no estén acostumbradas a beber (su sistema enzimático para metabolizar el alcohol no está desarrollado), bien porque no metabolizan el alcohol como deberían (existen distintos isómeros de enzimas que metabolizan el alcohol menos activas), saben que van a tener resaca después de probar un poco de alcohol. En cualquier caso, estas recomendaciones os van a venir a pedir de boca.

Está claro que el alcohol y sus metabolitos intermedios tienen un efecto tóxico para la salud, son los causantes de la resaca y por tanto cuanto antes los eliminemos antes recuperaremos nuestro bienestar.

Como ya sabéis hay tres vías por las que eliminamos el alcohol: el aire que expiramos (aproximadamente un 1%), la orina y el sudor (9%) y el hígado y otros tejidos (90%). La pérdida por el aire es mínima, con lo cual ahí poco vamos a poder influir. Pero si vamos a poder intervenir en el resto de alguna manera, y sobre todo a nivel hepático, ya que el alcohol se va a eliminar fundamentalmente por esta vía.

Así que, a continuación, os expondré las diferentes formas de aumentar la eliminación del alcohol por dos vías:

Vía urinaria:

El alcohol tiene un efecto diurético, de ahí que cuando bebemos tenemos la necesidad de ir al baño de forma continuada. Este efecto diurético se debe a la inhibición de la hormona antidiurética, esta hormona es la encargada de reabsorber el exceso agua a nivel renal, de esta manera concentra la orina y disminuye su volumen. El aumento de la diuresis, unido al consumo de agua derivado del propio metabolismo del alcohol, hace que después de haber ingerido una importante cantidad de este, tengamos la necesidad de beber ingentes cantidades de agua. Esto nos ayudará a eliminar el alcohol a través de la orina, pero… ¡cuidado! Porque por la orina eliminamos sales y esta pérdida puede hacer que tengamos mareos, fatiga, calambres… Para evitar este desajuste en el balance electrolítico es recomendable aportar sales, por tanto, ayúdate de alguna bebida isotónica o de fruta fresca, por ejemplo, un zumo de naranja. Ambos te aportan sales y azúcares, estos últimos también son importantes ya que el alcohol suele provocar hipoglucemia, a no ser que la bebida alcohólica contenga ya de por sí gran cantidad de azucares (licores por lo general). Yo me inclinaría por un buen vaso de zumo de naranja, que además nos aporta vitamina C, un potente antioxidante para contraatacar, ya de paso, el efecto oxidativo del acetaldehído (recuerda que forma parte del grupo de los llamados congéneres).

Conclusión: bebe agua, no demasiada y en su lugar bebe algún zumo de naranja.

Vía hepática:

Aquí el éxito radica en el buen funcionamiento del hígado y por ende de los sistemas enzimáticos que metabolizan el alcohol. Para ello, algunos nutrientes y plantas medicinales le pueden venir muy bien.

  • Vitaminas del complejo B

Sobre todo las vitaminas B1, B6 y B12. Estas vitaminas participan en el metabolismo glucídico (B1 y B12) y en el metabolismo proteico (B6), además son intermediarios en la formación de neurotransmisores, mejoran la capacidad cognitiva y el bienestar mental. El alcohol, como ya he dicho, genera hipoglucemia así que estas vitaminas nos van a proporcionar energía rápida que algunos tejidos necesitan si o si, como es el caso del músculo cardiaco y el cerebro. Además, el alcohol, funciona en cierto sentido como un neurotransmisor, ejerce un efecto de euforia en un primer momento, pero si la cantidad es alta el efecto es el contario. Provoca depresión y eso hace que disminuya los sistemas de alerta, afloja la musculatura y disminuye los sentidos. Estas vitaminas contribuyen a mejorar los niveles de dopamina, serotonina, GABA… y por tanto evitan la fatiga y mantienen la actividad cerebral. Esto no quiere decir que nos hinchemos a comer cereales, leche, carne roja y huevos para evitar la resaca. Pero si que una cena y un desayuno que incluya algunos de estos alimentos nos podría venir bien.

  • Plantas medicinales que aumentan la función hepática

Existen bastantes plantas con este efecto: la alcachofa, el boldo, la fumaria, la cúrcuma, el cardo mariano. La cúrcuma es interesante porque además de aumentar la actividad hepática tiene un efecto antinflamatorio. Como ya sabéis el alcohol promueve la inflamación, de ahí que nos duela la cabeza y el cuerpo. Pero sin duda, mi preferida, es el cardo mariano. Esta planta tiene varios principios activos, pero uno de los más importantes se le conoce con el nombre de silimarina. Este compuesto es un potente antioxidante y se ha visto que tiene cierto efecto regenerador hepático, además de aumentar la función hepática. La dosis efectiva de esta planta es la correspondiente a 200 – 400 mg de silimarina al día. Lo ideal sería tomarla antes de la ingesta alcohólica y el día después. Ahora bien, si bebes muy habitualmente, yo te recomendaría que hicieses tratamientos periódicos con esta planta.

Otros aspectos a tener en cuenta:

El alcohol irrita la mucosa gástrica, si además tienes problemas digestivos te aconsejo que llenes el estómago antes de beber. Esto hará que el alcohol se absorba más lentamente y se vaya metabolizando poco a poco sin causar tanto daño.

Para disminuir las náuseas, mareos y vómitos puedes probar con jengibre. Además, mejora la digestión y tiene un efecto antinflamatorio.

Y si consideras que te has bebido hasta el agua de los floreros, de poco te va a servir lo que te he contado hasta ahora. Pero quizá este consejo te pueda ser muy útil, tómate unas cápsulas de carbón vegetal o carbón activo que absorben parte del alcohol que has ingerido y evitan que lo absorba el intestino.

Con estos consejos tus mañanas ya no serán tan tristes después de una noche alegre. Pero el consejo más sabio es el que dictamina la razón: “Bebe con moderación”.

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